lunes, 17 de diciembre de 2012

PROFUNDA REORGANIZACIÓN

"Vivimos" del pasado, el cual, con ser ideal para su momento, no cumple las expectativas de nadie.
 
No sirve el sistema, aquel sistema que fue concebido por y para una Profesión, la Médica, que comenzaba a integrarse en el conocido Sistema Nacional de Salud. No sirve a los ciudadanos, porque continúan sin ser el eje central de ese sistema. Y no sirve para nosotros, como Profesión Enfermero, porque se nos sigue tratando como si de "auxiliares" de aquel Médico se tratara.
 
Ahí tienen el expediente sancionador de la Agencia Valencia de Salud a una Enfermera, como prueba o punta del iceberg que no queremos ver.
 
Y es que estos políticos actuales que "legislación" no han entendido nada de lo que se dijo en aquella Ley General de Sanidad, ni sus pretensiones, mucho menos su objeto: la salud de las personas, vista desde los primas de la promoción, prevención, recuperación y, en su caso, recuperación y reinserción social.
 
Los servicios de salud, bajo cualquier epigrafe que le ponga a la institución -que no son otra cosa que una huida del concepto "entidad gestora"- continúan en manos estrictamente médica, cuando es claro que aquella Ley reguló tres direcciones por objetivos. Pero para eso, en cierto, también previo la figura de la Gerencia por Área, que no era otra cosa que intentar "controlar" a esas tres direcciones participativas por objetivos: Cuidar la salud y mantener unas condiciones de hospedaje en condiciones óptimas. Médicos y Enfermeros; Enfermeros y Médicos para prestar una atención sanitaria ténica y profesional adecuada, formando eso que se llamó "trabajo en equipo". Hoy, demagógicamente, a todo se le llama "equipo".
 
Y no tenemos otra Institución para ello que lo que conocemos como "Colegio" Profesional; es decir, la casa de todos ¿Es la casa de todos?, es la pregunta que se hacen y nos hacemos nosotros mismos.
 
Es cierto que la estructura colegial está anclada en aquella época, com decimos, pero, sin embargo, no da respuesta a las exigencias que se nos plantean.
 
Hoy todo el mundo se cuestiona la gestión de los servicios sanitarios por las Comunidades autónomas; y nosotros, sin embargo, no somos capaces de dar otra respuesta. Aquí todos "vamos detrás" de lo que dicen o puedan decir los políticos que han accedido al poder, al Gobierno y administración de unos recursos que son de todos.
 
Somos nosotros, las Profesiones Sanitarias, las que deberíamos estar más interesada que nadie para que esto no se hunda, que es lo que todos estamos viendo.
 
Sustitución de Colegios por Sindicatos.
 
Piensen que se tardó más de 12 años desde la aprobación de la Constitución para ver a las centrales sindicales en las mesas de nombramientos temporales y presentes en las convocatorias de plazas, que sustituyeron a los Colegios Profesionales ¿Ha mejorado la situación? No lo vemos, no lo sentimos; el grueso del colectivo no lo aprecia.
 
Entonces, ¿para qué ha servido la experiencia anterior? Parece que para nada; antes al contrario, como Organización no hemos sabido estar a la altura de las circunstancias, entendiendo que las administraciones sanitarias territoriales iban a tener en cuenta a los Colegios Profesionales, con independencia de los pactos y/o acuerdos que procedan en sus ámbitos de negociación.
 
No. Las administraciones se han encargado -todas- de designar libremente a quienes entiende que pueden resolverle esos problemas, cuando, al final, esos mismos designados se presentan en los Colegios para que les presentemos demandas contra la institución a la que sirivieron de esa forma y manera: bajo el principio de "cargo de confianza".
 
¿Acaso alguien dijo algo respecto, por ejemplo, profesionalizar a las Jefes de las unidades mientras les duró el cargo?
 
Hay que plantearse una profunda reorganización, en referencia la Profesión.
 
La estructura colegial asumio aquella parte que correspondía a los Sindicatos, pero de aquello deberíamos haber aprendido. Deberíamos haber aprendido, por ejemplo, a establecer unos temarios comunes para cada determinada convocatoria. No olvidemos que, en todos los casos, todas las convocatorias tienen por objeto unos concretos puestos de trabajo, más o menos diferentes o espcializados. De hecho han proliferado un sin fin de academias, al amparo de toda esa gente que ha participado en los tribunales de selección, los cuales, al mismo tiempo, ninguna relación guardan con quienes han impartido los contenidos de los planes de estudio. 
 
 Ahí "ha faltado" una participación de los Colegios Profesionales. Tampoco han participado los Colegios Profesionales en las estructuras gubernamentales para el análisis de la situación, tanto presente como futura. Aquí cada cual "va a lo suyo". La Organización colegial de la Profesión tiene que estar allí, en todo aquello que le afecta a la Profesión, en sentido amplio del término, porque es allí, en ese Colegio, donde se transmiten todas las experiencias de cada cual.
 
La Profesión, sin complejos, tiene que despertar, sino quieren que la despierten los demás.
 
La Organización colegial tiene que exigir el cumplimiento de las leyes, porque si se han aprobado es para que se cumplan. Las leyes preven la especialización de la Profesión -que no de los titulados-, pero el caso es mínimo, por no decir ninguno.
 
La Ley prevé, igualmente, una formación continuada, que no se hace para otra cosa que para ser "baremada" al objeto de obtener una plaza. Nadie se ha cuestonado que la ley también ordena que se reevalúa el ejercicio de la Profesión, obligando al Colegio Profesional y a las Instituciones sanitarias su reconocimiento.
 
La Ley prevé unas Organizaciones, los Colegios de las Profesiones Sanitarias, que es violada sistemáticamente por todos; insistimos, por todos. Parece que no interesa implementar a esas organizaciones colegiales en el entramado social, al objeto de escucharse la opinión de la Profesión. Se dice que no a los Colegios, pero, sin embargo, todos pretenden crear "asociaciones" voluntarias, con los mismos objetivos que tienen los Colegios. Alegan que es "voluntaria" su adscripción, pero no reconocen que sus objetivos están -deberían estar- cubiertos- por los propios Colegios, que ya existen.
 
Y si existen los Colegios Profesionales es para que se respete su opinión, la cual debe ser comprensiva de las experiencias acumuladas por la propia Profesión.
 
Cierto que la inmensa mayoría de los actuales Estatutos de las Organizaciones colegiales de las Profesiones los han aprobado sobre aquella situación anterior, cuando los mismos no son reflejo ni de la situación actual ni de las exigencias que nos imponen los principios constitucionales y legales.
 
Deben adaptarse los actuales Estatutos a la realidad; pero bien es cierto que si los políticos de cada administración no tienen la intención de cumplir con lo regulado, qué otra cosa puede hacerse. Si los Estatutos no están de acuerdo con la legalidad vigente, lo que es posible es recurrir su contenido ante los Tribunales de justicia. Pero lo cierto es que a los políticos de turno lo único que parece preocuparle es cómo "controlar" a los mismos, al igual que se hace con aquellas otras instituciones, a las que subvenciona.
 
¿Qué decir y hacer con aquellas personas que son "profesionales" de la Profesión Enfermero, pero que, cuando llegan al "poder" usan y abusan del mismo?