martes, 17 de enero de 2012

LA SALUD NO TIENE PRECIO, PERO SÍ COSTOS

En economía, el coste o costo es el valor monetario de los consumos de factores que supone el ejercicio de una actividad económica destinada a la producción de un bien o servicio. Y la sanidad, la salud, tiene precio; tanto que algunos Servicios de Salud emiten "factura sombra" para decirle al ciudadano cuánto gasto a supuesto lo que se le ha hecho ¡Bien!

HASTA AQUÍ PODÍAMOS ESTAR DE ACUERDO.

Lo discutible es que el "valor" de esa factura-sombra está sobre dimensionada, en la medida en que, como empresa, esos servicios pueden tener un menor costo. Por ejemplo, y aunque no sirva a criterios de algunos, China tiene un crecimiento superior a nueve, cuando los demás el resultado es negativo. Lo que llaman de forma sofisticada, "crecimiento" NEGATIVO ¡de broma!

LA ASISTENCIA SANITARIA ESTÁ CONTENIDO EN LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA.-

Sí, pero en el artículo 41 del Magno Texto, que está dentro del Capítulo III de su Título I, bajo el epígrafe "de los principios rectores de la política social y económica"de la actuación de los poderes públicos. Consecuentemente, no son normas de aplicación inmediata ya que los "derechos" allí recogidos, si bien tienen origen Constitiucional, requieren de un desarrollo tanto legislativo como ejecutivo. Efectivamente, la Ley no puede vulnerarlos pero sí regularlos en forma distinta a como se haya podido entender. Y para ello la ley tendrá que justificarlo en función de las posibilidades reales del estado económico. Por obvio, no se puede dar lo que no se tiene. 


Por tanto, los contenidos articulados en todo el Capítulo III no recogen auténticos  derechos; se trata de "principios", cuya función es orientadora

TRADICIONALMENTE, EL MÉDICO, COMO PROFESIÓN, LO DECIDE TODO.

Y lo decide todo sin tener en cuenta, incluso, las posibilidades económicas del País. Algunos alegan la libertad para prescribir, y que pueden indicar y usar lo que tengan por conveniente. De acuerdo. Pero ello lo será en función de las posibilidades del "empleador". Y esto sucede en cualquier "familia", en cualquier estructura: una cosa son los "deseos" y otra la realidad económica de cada grupo.

La "libertad" de prescripción no es ilimitada; no puede ser ilimitada porque todo tiene límites, tiene que tenerlo.

Cuando se ejerce una Profesión libremente, sin empresas intermedias, un Médico puede prescribir lo que tenga por conveniente; pero cuando se ejerce por cuenta de un tercero, que es quien pone los recursos, la cosa cambia.

Por ejemplo: un Abogado puede "prescribirle" a su cliente presentar un sin fin de demandas y recursos, pero ello tiene un límite: las posibilidades económicas del cliente. No es ilimitada la libre prescripción ni indicación, ni mucho menos el uso de todos los medicamentos y productos sanitarios que pretenda un médico.

EN LA ORGANIZACIÓN DE LOS SERVICIOS DE SALUD ESTÁ LA CLAVE DEL ASUNTO.

Todos estamos de acuerdo en que la situación economíca está "difícil". Otra cosa será por qué. Pero la realidad es incontestable: no se nos promete una vida igual a la anterior. En su caso, se persigue, dicen los políticos, que las siguientes generaciones puedan disfrutar de algunos derechos de los que hemos venido disfrutando hasta la fecha.

Efectivamente, el derecho a la libertad, como valor superior del ordenamiento jurídico, es un derecho. Incluso profesionalmente se nos dice que como Profesiones Sanitarias tenemos "plena autonomía técnica y científica", pero ello nada tiene que ver con las posibilidades económicas reales del empleador, público o privado.

¿Acaso ese Médico que dice eso de "libertad de prescripción" lo hace cuando presta sus servicios por cuenta de una empresa privada? Desde luego que no.

La libertad de prescripción tiene límites, entre otros motivos porque nadie está en posesión de toda verdad; será "su" verdad, que podrá o no ser compartida. El Profesional Sanitario está en el mundo, y no puede ser ajeno a esa realidad; como también debe ser consciente que no tiene por qué tener razón profesional en todos los casos.

Y HA SIDO ASÍ, QUE LOS SERVICIOS DE SALUD HAN SIDO POCO BELIGERANTES.

La Profesión Médica no ha encontrado límites en todas sus propuestas. Las Administraciones han puesto a disposición de la Profesión Médica todo lo que le ha sido solicitado, sin más argumentos que "eso será bueno" ¿Bueno para qué o para quién? Quizá para el progreso de la ciencia, pero este argumento es muy manido, por el elemental motivo de que muchos proyectos han tenido que ser retirado. Por ejemplo, el tratamiento anti-tabaco se ha demostrado más dañino que el propio hecho de fumar ¡Y no pasa nada! Por la medicina se prohibía tomar aceite de oliva o pescados azueles y se ha tenido que retroceder. La Medicina ha empleado determinados tratamientos que nos sólo se ha demostrado ineficaces, sino contraindicados. Y así podríamos continuar con una larga lista de situaciones demandas con el argumento de "hechos científicos".

No vamos a caer en el mismo tópico, de asegurar que tenemos razón en la crítica, pero sí tenemos derecho a opinar, por la sencilla razón de que la Ley, también a nosotros, nos considera Profesión Sanitaria.

Muchos de esos servicios pueden ser prestados a menor coste, pero en todos los órdenes. Y de esto tenemos que ser consciente. Por ejemplo, determinadas actividades que realiza materialmente una Enfermera pueden ser realizadas por una Auxiliar de Enfermería o un Técnico Especialista; como existen un sin fin de actividades que realiza el médico -porque sí- que pueden ser materializadas por una Enfermero.

Decidir una, dos, tres, cuatro, etc., etc., etc., consultas "médicas" puede que no tenga ni sentido ni sea posible. Nos guste o sí, un puesto de trabajo médico tiene un coste del doble que si fuera desempeñado ese mismo puesto por un Enfermero; y determinadas cosas que hace una Enfermera puede ser realizadas por una Auxiliar a mitad de coste; y así sucesivamente. 

LOS SERVICIOS DE SALUD TIENEN QUE REORGANIZARSE.

Pero no por qué sí. Es necesario, si pretendemos mantener un mínimo de servicios comunes básicos, reorganizar la asistencia sanitaria, porque "médico para todo" no puede ser, ni económica ni profesionalmente.

El problema es "el sistema", nuestro sistema, que está secuestrado por sus componentes, que son endogámicos.