lunes, 11 de abril de 2011

SER LO MÁXIMO

SER LO MÁXIMO

Es legítimo aspirar a lo máximo en el ejercicio de nuestra Profesión y, en definitiva, en cualquier aspecto de la vida. No es, en modo alguno, una pretensión criticable. La cuestión estriba en tener claro en qué consiste eso que denomino "lo máximo".

En mi humilde opinión y por lo que a mi Profesión se refiere, cuando un Enfermero aspira a "lo máximo" está pensando, sin duda, de qué forma puede cuidar mejor de la salud de los personas. Y es que, realmente, el Enfermero no tiene más contrato que el que le une al paciente y, desde luego, cuando presta cuidados obvia por completo el estado de la cuenta corriente de la persona a la que atiende.

El Enfermero debe ser consciente de que ocupa un lugar vital en el Sistema Sanitario. Un lugar que le pertenece, por el que no tiene que pagar alquiler ya que es de su propiedad.

El Enfermero no puede abandonar sus raíces ni olvidar sus orígenes porque, en definitiva, constituyen la razón de su existencia.

El Enfermero no puede consentir que otros asuman su trascendental tarea sanitaria. Colaborar en modo alguno implica ceder terreno profesional. El respeto se pierde cuando se admiten o negocian cesiones. La defensa de nuestras competencias nos hace dignos de autoridad.

El Enfermero debe conservar, en lugar seguro, el papel de actor principal que comparte con el resto de Profesionales Sanitarios.

Debe, también, tener las ideas claras. La inseguridad de un Enfermero se transmite a los compañeros y pone en riesgo la salud del paciente.

El Enfermero debe admitir la crítica a su labor y permitir la participación del resto de profesionales. El trabajo en equipo es garantía de buena praxis.

La autonomía profesional de la que somos acreedores, nuestra autoridad, no legitima la inobservancia de las normas, de la Ley.

El Enfermero debe asumir la responsabilidad de sus propios actos, de sus propios errores, sin intentar derivarla implicando a terceros. Nuestra condición de Profesionales eleva, sin duda, nuestro nivel de exigencia y la esfera de nuestras responsabilidades. Debemos ser consecuentes con nuestra condición de Profesionales.

El reconocimiento social puede ayudar a nuestra autoestima, es cierto, pero no lo es menos que el Profesional brillante huye del halago y se refugia en la humildad.

De lo expuesto se deduce, se colige necesariamente, que nuestros representantes colegiales son –deben serlo- el vivo reflejo de Profesionales Enfermeros que aspiran a “lo máximo”.

Sin embargo, ¿vds. creen que esa conclusión es cierta? Es una pregunta retórica. Está claro que no.

Vamos a repasar lo antes dicho:

1.- El Enfermero no tiene más contrato que el que le une al paciente.

Al que suscribe le gustaría saber si todos los Presidentes de los Colegios de Enfermería de España tienen suscrito ese contrato o, por el contrario, es el Colegio el que se dedica a suscribir contratos con empresas privadas o a participar en sociedades mercantiles.

Por lo que respecta al Consejo General de Enfermería, es pública y notoria su participación en sociedades mercantiles cuyo fin no es otro que el lucro puro y duro. Basta con ir a la “sede” del Consejo General en Madrid, Calle Fuente del Rey, 2 para comprobar cómo en ese mismo domicilio se encuentra domiciliada la empresa COFUNSALUD SOCIEDAD ANÓNIMA.

Y sobre la persona que preside de hecho ese Consejo General, qué decir!! Hemos tenido conocimiento de que, a finales del año pasado, dio el salto al mundo sanitario y cursó su alta en el Régimen de Autónomos, aunque no sabemos en calidad de qué exactamente. Decisión que no acertamos a comprender cuando para ser Presidente del Consejo General de Enfermería se exige llevar 15 años de ejercicio profesional, y no 4 meses. En fin.

2.- Convendrán conmigo en que el Enfermero ocupa su propio lugar en el Sistema Sanitario. Un lugar que le pertenece, que no tiene alquilado.

Pues bien, debemos saber que el Consejo General no es propietario de la sede que ocupa en Madrid, C/ Fuente del Rey, 2, por la que debe pagar un alquiler cuya cuantía vamos a obviar por escandalosa.

Esperemos que al dueño de esa sede no le dé por finiquitar el contrato de arrendamiento porque no sabemos desde qué lugar el Consejo General de Enfermería iba a luchar por la defensa del espacio que nos pertenece dentro del Sistema Sanitario.

3.- El Enfermero no puede abandonar sus raíces. Debe, por el contrario, tener presente siempre y en todo momento sus orígenes para no olvidar la naturaleza de su función asistencial.

Los representantes del Consejo General de Enfermería no parecen mostrarse sensibles con este principio porque deben saber los Enfermeros que la valiosa sede de la que, en este caso sí, es propietario en Madrid, Calle Buen Suceso 6, está en evidente estado de abandono, vacía.

No obstante, según informa uno de los abogados del Consejo General, a pesar de ese estado de abandono evidente, parece ser que algún lumbrera decidió que fuera en esa sede abandonada donde se archivase la documentación contable justificativa de gastos del Consejo General que ascendían a 64 millones de euros durante los años 2002 a 2007.

Sí, así es. Aunque la sede de Buen Suceso fue abandonada hace muchos años, documentación contable del año 2007 fue, supuestamente, archivada allí. De hecho, se nos dice que esa documentación no fue archivada en el piso que constituía la sede sino en un cuartucho de 20 metros cuadrados que, según dicen, se inundó. Vaya por Dios!

4 .- Somos Profesionales Sanitarios, gozamos de autonomía en el desarrollo de nuestras funciones asistenciales. Sin embargo, el Consejo General de Enfermería no parece admitir que tengamos este status ya que no desfallece a la hora de organizarnos un curso, y otro, y otro más…. Paradigma de este encomiable y digno de mejor causa “esfuerzo” formativo lo constituye el Curso de Enfermero Prescriptor con el que, según se nos dice desde esa Organización que preside de hecho el Sr. González Jurado, vamos a poder prescribir determinados medicamentos.

O los representantes colegiales viven en la inopia o no han trabajado en su vida en un Hospital o un Centro de Salud. Qué quieren que les diga. Ahora, en el año 2011, nos vienen a decir que para prescribir determinados medicamentos tenemos que pasar el filtro del Consejo General. La broma es bastante pesada.

Curiosamente, los podólogos no tienen que pasar ese filtro para poder prescribir, y yo me pregunto, ¿acaso tenemos algún podólogo infiltrado en nuestra Organización Enfermera?

5.- Como Enfermeros, cumplimos un papel asistencial fundamental. Somos garantes de un bien jurídico vital: la salud. Ese es nuestro papel, no debemos olvidarlo.

Lamentablemente, en el Consejo General de Enfermería los papeles se suelen perder. Es una verdadera pena. Y no hablo de cualesquiera papeles. Me refiero a 24.000 documentos que deberían justificar el destino de 64 millones de euros de las cuotas colegiales que religiosamente le pagamos.

Y es que ya es casualidad que en la actual sede –alquilada- del Consejo General, sita en Madrid, Calle Fuente del Rey, podamos encontrarnos con hasta seis guardas de seguridad mientras que en la sede desgraciadamente abandonada de la Calle Buen Suceso la seguridad brille por su ausencia.

Vaya paradoja ¿verdad? La supuesta inundación que provocó la pérdida de esos 24.000 documentos se produjo, curiosamente, en la sede de la Calle del Buen Suceso. Habrá que cambiarle el nombre, ¿no?

6.- La crítica, la crítica. Siempre resulta difícil admitir que nuestros actos pueden ser objeto de crítica, unas veces constructiva, otras, ácida, las menos, malintencionadas.

Debemos admitir la crítica a nuestra labor por mor de la libertad de la que disfrutamos todos. Cuestión distinta es el acierto a la hora de ejercer esa libertad porque no todos gozan de la formación necesaria –no me refiero a la académica- para saber opinar y confrontar ideas.

Es claro. No todos admiten la crítica. Preguntémosle al Presidente de hecho del Consejo General de Enfermería por sus ataques contra aquéllos, permítanme la expresión, que no le bailamos el agua. Una querella, dos, tres…Sr. Máximo Antonio González Jurado,¿ vd. cree que de esa forma, a base de usar los presupuestos del Consejo General para colapsar los Juzgados, va a conseguir que dejemos de reclamar transparencia e información???

Sr. González Jurado, ya va siendo hora de que comprenda que estamos en un Estado que proclama, entre sus valores supremos, la libertad –incluida la de expresión- y de que asuma que CUALQUIER COLEGIADO puede pedirle las cuentas de la Organización.

7.- La Ley regulará el ejercicio de las Profesiones Sanitarias. Así lo establece la Constitución Española. Nuestra labor como Enfermeros, por tanto, está sometida, como no podía ser de otra manera, al imperio de la Ley.

¿Este sometimiento a la Ley es predicable del Consejo General? Claro que sí. Lo que sucede es que a la persona que ocupa de hecho el cargo de Presidente del Consejo General digamos que le cuesta cumplir con la Ley. Lo digo porque sus actuaciones contrarias a la Ley son, desde luego, tan interminables como inigualables. Porque el Sr. Máximo Antonio González Jurado lleva DIEZ AÑOS EJERCIENDO COMO PRESIDENTE DEL CONSEJO GENERAL DE ENFERMERÍA DE FORMA ABSOLUTAMENTE ILEGÍTIMA YA QUE LOS TRIBUNALES DE JUSTICIA LE HAN ANULADO LOS TRES ÚLTIMOS PROCESOS ELECTORALES EN LOS QUE RESULTÓ, SORPRENDENTEMENTE, ELEGIDO!!!

8.- Qué decir de nuestra responsabilidad como Profesionales Sanitarios. Hace años que alcanzamos la mayoría de edad. Somos Enfermeros y respondemos de los cuidados que prestamos.

Otros, sin embargo, siempre culpan a terceros o, créanme, a fenómenos extraordinarios de su mala gestión para no asumir su parte de culpa. Me pregunto: si un Enfermero deja abandonado a un paciente está claro que incurre en responsabilidad, pero si el Presidente del Consejo General abandona la sede de la que es propiedad esa Corporación y permite, por su falta de diligencia, que documentos de enorme trascendencia desaparezcan, ¿no se le debe exigir su tanto de culpa??

9.- Por último, la humildad. Sr. González Jurado, la humildad. ¿Recuerda el contenido de la carta que dirigió al anterior Presidente del Consejo General de Médicos de España, D. Isacio Siguero? Fíjense, le tildó de “acomplejado” por ser licenciado, jactándose de la “asimetría de los comparecientes” ya que mientras que él es Profesor Titular de Universidad y Doctor, el Sr. Siguero sólo era un simple Licenciados.

Vamos a ver, Sr. Máximo Antonio González Jurado, ¿sabe vd. a quién dice representar??? Porque le recuerdo que los Enfermeros somos Diplomados en Enfermería (ahora Grado), no Licenciados, ni Doctores, ni Catedráticos!!!! ¿Se siente vd. superior al colectivo al que representa?

Lamentablemente, vd. no es el problema, Sr. Jurado. Vd., simplemente, es el reflejo de la dejadez, del pasotismo del que hacen gala la mayoría de los representantes colegiales, a los que nada le importa la Enfermería.

Sólo espero que la Profesión Enfermera no comparta su destino porque, aunque su nombre rece así, vd. no representa lo máximo como Enfermero; sólo llega a ser, por lo que dicen sus certificados, el Enfermero D. Máximo.