jueves, 29 de enero de 2009

DOS VIDAS "PARALELAS"

¿Acaso San Juan de Dios y Florence Nightingale tienen algo en común?, pues parece que sí, al menos coincidieron en varios hechos: el ejercito, la soltería y la dedicación exclusiva al cuidado de las personas, si bien élla más académica que San Juan de Dios.
Hemos leído que San Juan de Dios nacio en Montemor-o-Novo, Portugal, en el año 1495, si bien se cree que se trasladó pronto a España, hospedándose en Oropesa, Toledo, en donde se dedicó al cuidado y posterio de ganado; fue su primer oficio. Se dice que en dos ocasiones sale de allí para enrolarse en la vida militar, iniciando un proceso de búsqueda que le lleva a regresar a Portugal para después trasladarse a Sevilla y de allí pasar al Norte de África. Al parecer, es en 1538 cuando vuelve a la Península y se instala en Granada. Ejerce el oficio de librero, que en la época suponía la vida de contacto en la calle y, en especial, con libros de tipo religioso. Una fecha especial es el 20 de Enero de 1.539, en la cual, tras asistir a la Ermita de los Mártires y escuchar la predicación de Juan de Ávila, es cuando se pone en evidencia su proceso de conversión.
Una fuerte reacción de disconformidad ante lo que veía en la calle: la pobreza y sufrimiento de muchas personas, le llevó a un cuadro de "enajeación, tomada como locura, y por este motivo es recluido en el Hospital Real de Granada donde tras contemplar el trato y situación de los enfermos intuye su gran aportación: pedirá a Dios que cuando salga pueda disponer de un Hospital donde las personas reciban otro tipo de trato.
Nightingale, Florence, también participó en campañas bélicas, aunque élla lo hizo ya como "profesional"; las otras dos coincidencias en la vida de los dos personajes fueron que ni el "Santo" ni la Enfermera contrajeron matrimonio, y que los dos se dedicaron por entero a esta Profesión.
Florence Nightingale logró realizar su sueño de asistir a los enfermos después de enfrentarse a sus padres y familiares. Su madre Emily y su padre William se oponìan a que su hija fuera enfermera ya que estaba mal visto que una mujer perteneciente a una clase alta desempeñara una tarea tan "denigrante"; la mujer debía casarse, formar y cuidar su familia. Sin embargo, Florence recibió ayuda de su abuelo materno, quien entendió su interés por esta profesión, aunque no quería eso para élla, y, por otro lado, buscó el apoyo de un amigo de la familia, Samuel, médico de profesión, quien estaba secretamente enamorado. Florence nunca se casó; dedicó su vida al servicio del prójimo y de aquellos que más lo necesitaban, buscando la forma de mejorar su salud y en otros casos de hacer más llevaderos sus últimos días. ¡Casualidades de la historia!.
A San Juan de Dios nadie le dijo que la profesión era denigrante; simplemente cuidaba a quien lo necesitaba, buscando, incluso, los recursos económicos. Florence, en cambio, si bien tuvo la presión familiar -y social-, peor lo pasó "San Juan de Dios". Cada uno y en cada momento histórico sí que fueron claros ejemplos de la naturaleza de esta Profesión: el cuidado de los semejantes por encima de cualquier otra consideración.
Es cierto que los tiempos cambian, como así sucedió entre los siglos XV y XIX; ahora estamos en el siglo XXI. Y bien parece que los problemas los seguimos teniendo, no tanto de financiación, pero sí de desarrollar esta Profesión con autonomía, que no independencia, porque ello nunca fue así.
En esta Festividad de y para la Profesión, se quiso homenajear personalmente a la Excelentísima Señora Consejera de Salud de la Junta de Andalucía, Doña María Jesús Montero Cuadrado, pero ello no será posible hacerlo así, quizá por sus múltiples compromisos. De cualquier forma y manera, nuestro agradecimiento por el interés hacia esta Profesión, como lo demuestra el hecho de elaborar un proyecto de norma que permita prescribir a la Profesión, que reclamamos por consistir la demanda en algo tan simple y lógico que no debería ser objeto de "luchas intestinas" entre la Medicina y la Profesión Enfermera. La historia nos ha demostrado con esas dos insignes personas que cuando la Enfermera actúa o no hay coste o éstos se reducen sensiblemente. ¿Por qué no volver a ensayarlo?.