domingo, 27 de enero de 2008

EL VIEJO MAL HABLADO HACE AL NIÑO DESVERGONZADO

Así reza la leyenda, o el proverbio, que tanto da. El tema es el siguiente:
1) Introducción: vamos a suponer que el "viejo" es el médico, que para eso nos tutela; sí, nos tutela como "dueños" del Sistema Médico de Salud (quiero decir, del Sistema Nacional de Salud), como "hacedores" de qué debemos estudiar, cuánto deben durar nuestros planes de estudio, quién dirige nuestro departamento académico, quiénes van a ser nuestros profesores, qué especialidades debemos tener, cuándo se debe crear un puesto de trabajo, cómo tenemos que ejercerlo, ... y así un sin fin de cuestiones, que no alargamos por consabidas de todos y por todos.
2) Debate: la Enfermer@, si prescribe, es un "peligro público", así se nos insulta en cuanto tienen la oportunidad de hacerlo; y posiblemente lo digan quienes no le han dado un "palo al agua" en su vida; o, quizá, haya olvidado que cuando se iba a "descansar" (por las noches, con motivo de esas guardias tan mal pagadas, dicen), una Enfermer@ cuidaba de la evolución del paciente; así que el descanso dependía de la formación que tuviera la Enfermer@ de turno; y, para colmo, cuando sucede algo, todavía se atreve a realizarte no sé si un interrogatorio, un examen o un test, el caso es que te increpan sobre cómo sucedió el cuadro, ¡como si los pacientes ingresados en determinadas unidades críticas estuvieran allí de vacaciones!. ¡Y luego dicen que somos un peligro público!; ¡tendrán cara!. Con esto, que quede claro, no estamos incluyendo a la inmensa mayoría del colectivo, puesto que nadie ha hecho declaraciones públicas en este sentido. Estas declaraciones, cuanto menos injuriosas, sino no calumniosas, se vierten desde esa cúpula donde anidan los pesebristas.
3) Antes hemos dicho que el "viejo" es ese concreto médico, ese que insulta a la Profesión Enfermer@ porque teme perder parte de su omnímoda "potesta" de prescribir si lo hacen otros; sí, ese que tiene su precedente en aquellos que obligaron a los Gobiernos a prohibir el uso de determinadas sustancias si no era con su consentimiento; sí, esos que se oponen o aplican, según les venga en ..., de cuándo un paciente es reanimable y cuándo no; sí, ese que sólo él, sin contar con nadie, decide sobre lo bueno y sobre lo malo; sí, ese que olvida que los demás tenemos algunas neuronas que nos dejan leer, ver, observar, escuchar y hasta, en ocasiones, pensar. Pues bien, ese o esas, tanto da, que, según creen, nos tienen que decir todo y cada una de las situaciones en las que debemos movernos. Sí, no nos dejan ni movernos, de esos que saben tanto, pero que nunca están en los momentos oportunos, ya que para encontrarlos hubo que inventar la megafonía en los hospitales, y últimamente los teléfonos móviles. ¡Por cierto!, que no tengo yo muy claro eso de que tenga que llamar al que está de guardia, es decir, en horas de trabajo, para que revise y valore la evolución de un paciente. No, eso no, te dicen: "me tienes que llamar", porque algunos dicen que ese es mi trabajo: "el de avisador". Y, ¡digo yo,! esta materia no estaba en los Planes de Estudio, ni, por supuesto, en las normas sobre competencia profesional. ¡Y vuelvo a decir!, ¿qué autoridad tiene médico de clase alguna para obligar a una Enfermer@ la administración de sustancias que, irremediablemente, conducen al óbite; o por qué razón, causa o motivo tengo que desistir de una reanimación. ¿Me exoneraría el Juez o Tribunal ante un supuesto de Coautor, colaborador o partícipe?. Legalmente no es posible, salvo que me aplicara alguna de las eximentes del Código Penal, eximentes que, por otra parte, el demandante rechazaría, con fundamento en que el Enfermer@ es un Profesional Sanitario en sentido estricto del término; es decir, sabe o debería saber lo que hace y con qué fin u objeto lo hace.
4) En definitiva, que son las cinco horas de la madrugada, que se suponemos que me están pagando unas retribuciones, a mí y a todos los demás, que el "negocio"está más que vigilado, pero con un "pero":¡ni idea de quién está de guardia!. Y, digo yo: si somos tan torpes, ¡qué digo!, un peligro público, ¿qué hacemos valorando la evoluación de los pacientes, analizando los resultados, prescribiendo y administración sustancias tremendamente activas?. ¿Es que a estas horas de la madrugada no soy tan anormal como nos dibuja la OMC en los medios de comunicación?. Sí; estamos enfadado; y lo estamos porque el otro día, viendo la tele, ante las expresiones de una señora con experiencia en paritorio -porque había sido madre en varias ocasiones-, se le ocurrió decir que la responsable del paritorio era la Matrona, a lo que saltó el Tocólogo allí presente que "el único responsable del partitorio era el Tocólogo de guardia", ¡y se quedó tan ancho y tan pancho!; ¿a que va a ser cierto que él era tan responsable que no se duerme en las guardias?. ¿Mira que si es cierto?; pues como así sea, ¡hasta le pienso pedir perdón!.

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