martes, 18 de diciembre de 2007

LOS ENEMIGOS ESTÁN DENTRO

Si. Sí, los enemigos de esta bendita Profesión Enfermera -que dá para tanto a determinadas personas- no tiene más enemigos que los propios Enfermeros. Por poner un ejemplo, de los miles que se pueden comentar, el Presidente del Consejo General convoca Asamblea General de Colegios, pero sólo con cinco puntos en el orden del día, todos, absolutamente todos, referidos a proyectos de resoluciones sobre Presupuestos de la Organización Colegial, de los años anteriores -2006- actual -2007- y para el curso que viene -20008-. Aquí se acabó la Asamblea, con un "levanten la mano quienes están en contra -cinco Colegio-, levantante la mano quienes se abstinen -uno-, ¡y para vd de contar!. En total, la cifra aprobada como ingresos para el Consejo General es de 15.000.000 €. Los que votamos en contra nos preguntamos si merece la pena haber realizado cientos de kilómetros, con los gastos y peligros que ello conlleva, para levantar la mano, y punto. La duda es si le es rentable a quiene fueron -obligatoriamente- a no hacer nada -quiero decir, a no tener que levantar, ni siquiera, la mano-; ¡seguro!. Para estos sí que fue rentable sacar esos presupuestos adelante en menos de cinco minutos. Porque, ¿qué sentido tiene ir a Madrid para ni tan siquiera votar?. Se les supone que votarón que sí. Pero, ¿por qué votaron sí?. ¿Qué les pareció de bueno para dar su consentimiento?. Hay algo que nos llamó poderosamente la atención; y tanto nos llamó la atención que lo vamos a narrar: un Colegio que tiene entre 600 y 7ooo colegiados, su Presidente está "liberado" parcialmente, en su calidad de tal, como vehículo un ford scor -que no lo admiten ni como plan renove-, votava, cuando lo dejaban, que no a los Presupuestos; hoy vota sí, acude a todas las Asambleas, ya no le debe al consejo General aquellos más de 100 millones que se le reclamaban, y, por si todo esto fuera poco, se pasea con un nuevo coche, ¡este sí que merece la pena, al menos en precio, un BMW, de unos 10.ooo millones de pesetas-. No me dirán que el cambio del voto no ha sido rentable. Ahora vota sí siempre.

Pero la Profesión sigue ahí, paciente, esperando que el señor Ministro de Sanidad haga encaje de bolillos y se digne proponer un Decreto que "legalice" las administración de medicamentos y productos sanitarios. De verdad, que sino fuera porque lo leemos no daríamos crédito a que eso pueda salir de bocas-plumas de las que sale. Recuerdo a una compañera llamado a la "supervisión" de noche (que no sabemos si es de Undad, de Área o en funciones de Dirección), o más bien de Farmacéutica de guardia, y le dice que nos falta un producto: en concreto un antibiótico; la de guardia le espeta que ese es un producto "restringido" y que lo tiene que pedir el médico. ¿producto restringido?. ¿Sabe la supervisora lo que significa la frase que ha soltado?. No. Absolutamente convencido que no lo sabe, como tampoco lo sabe la que recepcionó el mensaje. Esta convesación "entre especialista" es pura realidad. Están al margen de todos aquellos que hablamos, escribimos y nos pronunciamos en público, creyéndonos que ahí, fuera, están como lectores los afectados. Después de esta experiencia, ¿qué debemos decir?.

En la práctica, la Profesión Enfermera sigue al margen de la Ley; actuamos ilegalmente, aunque se publique un Decreto ¡qué más da!. Este Gobierno, al aprobar esa Ley y excluir a la Enfermera de la prescripción y administración de todo tipo de sustancias y productos sanitarios, no ha hecho otra cosa que traslucir el corporativismo médico reinante, que se evidencia en cualquiera de los órganos del poder ejecutivo, donde prima más la protección del interés de esa profesión que la del usuario, aún a expensas de ilegar todas las intervenciones Enfermeras. ¡Eso, sí, cuando les llega la hora, todos a la cama!, como en la TVE. Y la Enfermera, ¿qué hace?: pues lo que realiza durante todos los minutos de la hora, del día, de la semana, del mes y del año: cumple escrupulosamente con los prescrito y con lo no prescrito, también. Para la Enfermera, primero es el enfermero, no se cuestiona si es legal, alegal o ilícito; no sabe ni le interesa: allí hay una persona que necesita asistencia y se la presta, solo que en la medida de sus posibilidades, que no son ni más ni menos que la del resto del colectivo.

Precisamente, la OMC nos suele criticar justo de sus propios defectos. Nos critica que no tenemos la formación suficiente ¿y el médico, qué formación tiene?. Y si la tiene, ¿por qué tiene que dedicarle cinco años despues de la graduación?. Qué pena de representantes, dirigentes y administraciones. Aquí, el único poder que falta por pronunciarse es el Judicial. ¿Ya veremos que pasará el día que se denuncie esta situación?. ¿A ver dónde se esconden tanto el poder político como los aprendices de representantes?, que mandarán y representarán mucho, pero pensar más bien poco.

Nuestra ilusión es aquel proverbio que nos dice que no hay mal que cien años dure; ¡pero que largo se nos hace!.

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